Política

Compromís se pone a prueba a sí mismo ante la decisión sobre Sumar

Los valencianistas buscan evitar ‘in extremis’ una votación sobre si salir del grupo parlamentario tras llegar a la crisis con los deberes internos sin resolver

Cargos de Compromís reunidos en la ejecutiva de la coalición en la sede de València, en una imagen de archivo.

Cargos de Compromís reunidos en la ejecutiva de la coalición en la sede de València, en una imagen de archivo. / Fernando Bustamante

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

València

Compromís debate este lunes algo más que continuar o salir de un grupo parlamentario en el Congreso. La decisión que tome (o deje de tomar) la ejecutiva de la coalición sobre su relación con Sumar será una prueba a sí misma, a sus esencias, a los resortes que sujetan a la estructura formada por los tres partidos e incluso marcará el camino que podría tomar la formación tanto a nivel interno en su objetivo de reestructurarse como en su estrategia para volver al poder en la Generalitat.

La gota que ha levantado el oleaje es la negativa de la dirección del grupo de Sumar (donde también están IU o Más Madrid) a citar a Pedro Sánchez a la comisión de investigación de la dana en el Congreso, tal y como reclamaban los valencianistas. La gestión de la catástrofe del 29 de octubre es asunto sensible para Compromís, que no forma parte del Gobierno y no se siente apelado ante las reglas no escritas de llevar a un compañero del Consejo de Ministros ante una investigación parlamentaria; ni aunque sea es el máximo responsable de este.

Tanto Més, Iniciativa como Els Verds consideran necesario llamar a Sánchez a comparecer porque son conscientes que no hacerlo contradeciría su discurso reivindicativo como fuerza autónoma que no defiende nada más que los intereses valencianos. Las discrepancias llegan sobre cómo actuar a partir de este "veto", con clara divergencia entre el partido de Joan Baldoví, Amparo Piquer y Àgueda Micó (Més)que reclama romper y el que fundó Mònica Oltra (Iniciativa) y hoy dirigen Aitana Mas y Alberto Ibáñez que opta por quedarse, mientras Els Verds apuestan por dar algo más de margen temporal a una hipotética salida.

Alberto Ibáñez e Isaura Navarro acuden presencialmente a la ejecutiva de Iniciativa.

Alberto Ibáñez e Isaura Navarro acuden presencialmente a la ejecutiva de Iniciativa. / M.A. Montesinos

El problema es que la falta de acuerdo es una amenaza en sí para la coalición y sus resortes. De momento, según explican diversas fuentes de la formación es que no habrá una votación como tal en la ejecutiva de este lunes que acabe determinando el camino a seguir. "Información y debate sobre la situación del grupo Sumar" es el punto del orden del día sobre el que está sustanciada la convocatoria del encuentro de este lunes, sin referencia alguna a una manifestación en forma de voto.

Esta se quiere evitar a toda costa, para lo que los os entre los tres partidos no han cesado desde el mismo martes pese a los recelos que generaron mutuamente los respectivos comunicados de Més e Iniciativa. Ayer hubo un penúltimo intento de aproximación de los portavoces de las tres patas de la coalición para tratar de salvar la situación o, por lo menos, ponerle la máxima amortiguación posible ante un terreno que se considera inédito. 

Opciones 'in extremis'

Una votación podría estirar en exceso las costuras de la coalición, ser un precedente preocupante y poner en tela de juicio su funcionamiento. Més es el partido que más representantes tiene en este órgano, más incluso que Iniciativa y Verds juntos; no obstante, fuentes de Compromís remarcan que las decisiones de calado como la de romper una alianza parlamentaria han de ser tomadas por consenso. O dicho de otra manera, que una vertiente de la coalición empuje a las otras dos o viceversa. 

Archivo - (I-D) El diputado de Compromís, Alberto Ibàñez, la líder de Sumar y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y la portavoz de Compromís en el Congreso, Àgueda Micó, durante un acto de Compromís-Sumar

El diputado de Compromís, Alberto Ibàñez, la líder de Sumar y vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y la portavoz de Compromís en el Congreso, Àgueda Micó, durante un acto de Compromís-Sumar / Rober Solsona - Europa Press - Archivo

Esta forma de funcionar (además de provocar una ristra de reuniones maratonianas) ha salvaguardado a la coalición ante escenarios complejos y ha obligado siempre a la aproximación de posturas. La cuestión es que esta vez es quedarse o salir, dos decisiones incompatibles entre sí. Esta crisis con Sumar pilla ala formación de Baldoví, Oltra y compañía con los deberes a medio hacer a nivel interno.

Los valencianistas están en negociaciones internas desde el pasado mes de septiembre para una reestructuración interna que convierta a Compromís en una federación y dejar la provisionalidad de la coalición que se ha alargado más de una década. Con ello, se debería fijar un reglamento y una serie de estructuras internas que permitan canalizar este tipo de decisiones sin riesgo de una ruptura. Este reglamento no ha llegado y ahora el terreno que pisa Compromís es inédito.  O no tanto porque si a algo se aferran en la formación es a su experiencia para el pacto in extremis

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