Las Corts refleja la ruptura de los consensos valencianos en financiación

Ni en políticas sanitarias, educativas o de vivienda, ni en medioambiente o energía, ni en migraciones, ni mucho menos en lengua o asuntos identitarios. Si había un tema que generaba consenso en la política valenciana (al margen de Vox) era la financiación autonómica. Pero ya no. Esa sintonía se ha ido perdiendo en los últimos tiempos al calor de las directrices que han ido imponiendo las direcciones nacionales de PP y PSOE a sus filiales valencianas. La crispación derivada de la dana tampoco ha ayudado y ha acabado por apuntalar esa distancia entre los partidos con representación en las Corts. La brecha es especialmente grande entre populares y socialistas, los dos mayoritarios y con capacidad de llegar a acuerdos en Madrid, como suele recordarles el presidente de la patronal valenciana, Salvador Navarro.

Lo vivido ayer en el hemiciclo valenciano con un debate sobre el extra FLA evidencia esa ruptura de consensos, que ya empezaron a agrietarse hace nueve meses, cuando se celebró la última reunión de la plataforma 'Per un Finançament Just', donde se integran los principales partidos (PP, PSPV y Compromís) y los agentes sociales. Aquella cita terminó por primera vez sin acuerdo por la negativa de los socialistas a reclamar un fondo de nivelación al Gobierno central, de su mismo color. Algo que sí exigían en tiempos de Ximo Puig.

El PP de Carlos Mazón, por su parte, también se ha ido alejando de la defensa de la quita de la deuda, que junto a la nivelación transitoria y a la reforma integral del sistema conformaban las tres reivindicaciones básicas del frente común valenciano. El popular la tilda de "parche" y de "migajas", pero no llega a rechazarla oficialmente.

Las diferencias volvieron a plasmarse ayer, incluso agravadas. El PPCV presentó una Proposición No de Ley (PNL) para instar a las Corts a reclamar al Gobierno central la activación del extra FLA, el fondo de liquidez que cubre el déficit del año anterior y que todavía no ha sido aprobado, a diferencia de los 12 años previos. La iniciativa saldrá adelante, pero sin el apoyo de la izquierda: el PSPV votará en contra y Compromís se abstendrá.

PP y Vox, contra la "asfixia" de Sánchez

Más allá de la aprobación o no de una PNL sin efectos reales, la distancia quedó patente a través de los argumentos expuestos por unos y otros desde la tribuna. El PP y Vox acusaron al Gobierno de Sánchez de buscar la "asfixia" financiera del Consell al cerrarle el grifo de la liquidez en "el peor momento" de su historia por la dana y reprocharon tanto al PSPV como a Compromís el seguidismo al Ejecutivo central.

Una asfixia que según el síndic del PP, Juanfran Pérez Llorca, forma parte de una "estrategia" de Sánchez, de una "intención de estrangular" a la Generalitat y en la que colabora, según los populares, el PSPV "sanchista" y, por omisión, Compromís. Vox, contrario a las autonomías y que pide un sistema con "visión nacional", dijo que es un "parche" pero "necesario estando las cosas como están".

La izquierda afea los "regalos fiscales"

La izquierda, aunque con diferentes intensidades, justificó su negativa a secundar la PNL por la política fiscal de Mazón, que renuncia a ingresos en beneficio de "los más ricos", y por algunas votaciones del PP de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso, en las que los populares han rechazo iniciativas que implicaban la llegada de más dinero del sistema a las arcas valencianas, como las entregas a cuenta (unos 800 millones más hasta mayo) o el objetivo de déficit (1.000 millones más de capacidad de endeudamiento).

El PSPV y Compromís coincidieron en criticar lo que consideran una "incoherencia" del PP valenciano por reclamar esa liquidez, de unos 3.000 millones, cuando se "perdona dinero a los más ricos" con las rebajas fiscales de Carlos Mazón, de unos 500 millones en 2024 según la Airef, o con los "regalos" a Iberdrola, a quien Mazón perdonó 14 millones con la supresión de la tasa autonómica a las nucleares.

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