Una manifestación marcada por la unidad... y la inflación

Las dos cifras que marcaron la jornada del 9 de octubre de 1977 serían difícilmente alcanzables en el día de hoy. Aquel día de hace 45 años, en las calles de la ciudad de València se juntaron cerca de 600.000 personas, según algunas de las estimaciones de la época, para reivindicar el autogobierno valenciano. Fue el primer 9 d’Octubre como día grande de los valencianos después de cuatro décadas de dictadura. Los gritos de ‘Llibertat, Amnistia i Estatut d’Autonomia’ protagonizaron una jornada que tenía otro dato que hoy provocaría que los ojos se abrieran como platos: la inflación ascendía hasta el 28 %. El alza de los precios era la principal preocupación ciudadana y de los representantes políticos que impulsarían semanas después, en los últimos días de ese mismo mes de octubre, los llamados ‘Pactos de la Moncloa’ con los que intentar cambiar el rumbo económico del país.

Aquel es quizás el 9 d’Octubre más emblemático y el que viene a la mente de los historiadores cuando se les pregunta por las manifestaciones identitarias en tiempos de crisis. Ese día la situación macroeconómica zarandeaba las cuentas de los hogares valencianos y, sin embargo, o por eso mismo, centenares de miles de ellos salieron a la calle en la capital del Turia a reclamar la puesta en marcha de instituciones propias autonómicas. Si algo destaca de la jornada el historiador Vicent Baydal es la «gran unidad» de los representantes políticos del momento para apoyar la marcha. «Fue una manifestación masiva de gente de derechas e izquierdas, con diferentes posturas, pero que coincidían en la reivindicación del autogobierno», explica.

La unidad que se mostró en la jornada de hace 45 años se fue evaporando. Sobre todo, con la llamada Batalla de València donde los símbolos identitarios, desde la bandera que tendría que convertirse en el estandarte hasta el propio nombre que se le daría a la autonomía, generaron una división que rompió en pedazos las imágenes masivas y los gritos a coro. «Las discrepancias empezaron con la propia vía de a la autonomía», recuerda Vicente Garrido, quien añade que el debate identitario «enturbió» ese proceso. «Esa crisis de identidad sigue vigente, no hay una unanimidad», añade.

Esta tensión volvió a expresarse de la manera más burda otro 9 d’Octubre de hace cinco años, cuarenta después de la manifestación que reivindicaba el autogobierno. Las diferentes maneras de entender qué es ser valenciano y cuál es su identidad llevó a grupos de ultraderecha a agredir a varios de los participantes en la habitual manifestación vespertina que organizan los colectivos de izquierdas, algunas próximas al nacionalismo valenciano y a las tesis pancatalanistas.

Lejos de esa imagen, y con el recuerdo de la de 1977, la última manifestación por la financiación el pasado mes de noviembre evidenció un acuerdo de las principales entidades en la Comunitat Valenciana incluyendo partidos, sindicatos, patronal y asociaciones. Lo material de los recursos económicos del Estado unió lo que separó el simbolismo de la identidad.