Morales, el gran capitán que asciende otra vez con el Levante UD

El Levante UD vuelve a ser equipo de Primera División, y lo hace con su gran emblema al frente: José Luis Morales. El ‘Comandante’ ha liderado al conjunto granota en su regreso a la élite del fútbol español, culminando una temporada que quedará grabada en la historia reciente del club y en el corazón de una afición que nunca dejó de creer.

En un emocionante desenlace de temporada, el Levante se impuso al Burgos en El Plantío, resultado que, sumado a los tropiezos de Elche y Mirandés, certificó el tan ansiado ascenso. Más de mil quinientos levantinistas viajaron a tierras castellanas para vivir in situ el desenlace soñado. Entre trenes, autocares y entradas compradas a través del portal del Burgos CF, la hinchada granota tiñó de azulgrana las gradas del estadio y acompañó al equipo en una jornada inolvidable.

En el centro de todo, como no podía ser de otra manera, José Luis Morales. Capitán, leyenda y alma del levantinismo. Su regreso al club en julio de 2024 fue recibido como un acontecimiento especial. El propio jugador, en una entrevista concedida a Radio MARCA el pasado mes de abril, dejó clara su motivación: "Volví al Levante para ayudar a que el equipo regrese a Primera. Este es mi club y sigue siendo mi casa". Hoy, esas palabras se han cumplido con creces.

Morales, que debutó con el Atlético Levante UD en 2011, ha vivido todas las etapas posibles en el club: desde las promociones de ascenso con el filial, pasando por su cesión al Eibar con el que logró también un ascenso, hasta convertirse en estandarte del primer equipo durante casi una década.

Tras su paso por el Villarreal CF, donde disputó competiciones europeas como la UEFA Europa League y la UEFA Conference League, el madrileño decidió volver “a casa” para cumplir un último gran objetivo: devolver al Levante UD a donde pertenece. "El Levante me ha inculcado valores de esfuerzo y sacrificio. Estoy en casa y me siento feliz", declaró también en la mencionada entrevista en abril. Y ahora, con el ascenso ya consumado, esas emociones cobran aún más sentido.

La imagen de Morales abrazando a sus compañeros y a los aficionados al final del partido, con lágrimas en los ojos y el brazalete bien ajustado, resume a la perfección lo que representa: un líder, un símbolo y, por encima de todo, un aficionado más con el corazón pintado de azulgrana. El Comandante vuelve a casa… y lo hace liderando a su tropa de nuevo hacia Primera División.