Un campeón que superó sus propias expectativas
El Levante verá desde el ‘sofá’ unos playoffs que fueron su mayor aspiración, pero la ilusión de disputarlos le llevaron a registrar números dignos de élite

El equipo festejó el título liguero sobre el césped tras ganarle al Eibar en el último partido de la temporada. / E. Ripoll
Rafa Esteve
La planificación de la temporada 25/26 ya está en marcha para el Levante. Muchas decisiones que tomar, cientos de nombres que manejar y otros frentes a resolver con una única finalidad: armar la plantilla que luche con uñas y dientes por la permanencia en Primera División. No obstante, es una preocupación bendita en Orriols. Lo que aspiraba a ser una temporada de transición, con la ilusión de ser uno de los equipos que pelee por subir a la máxima categoría a través de una promoción de ascenso, se ha convertido en un año para el recuerdo, inolvidable para todos y cada uno de los que han presenciado cómo los soldados de Calero, sin ser de los principales candidatos, desafiaron a los contrincantes de la Segunda División más igualada de la historia para escribir sus nombres con letras de oro en el Ciutat de València.
El Levante presenciará los playoff de ascenso a Primera División desde la tranquilidad tras haber sacado matrícula de honor al final de la temporada regular. Oviedo, Mirandés, Racing de Santander y Almería, cuarteto de aspirantes donde habitan tres de los que fueron candidatos a subir a la élite a principio de curso, pugnarán por el último puesto después de quedarse a medias en sus objetivos. A pesar de ello, el equipo comandado por Julián Calero no dio apenas opciones al resto.
Su liderato es la culminación a una temporada en la que no solo fue el mejor, sino que se quedó a cinco unidades de diferencia del Levante de Juan Ramón Muñiz e igualó al que regresó a la élite en 2004 después de 40 años navegando por categorías inferiores. Siendo el más goleador con 69 dianas, y con 79 unidades en su cuenta, ha vuelto a dejar alto el listón en lo que a puntuación se refiere. La horquilla para ser campeón de la división de plata del fútbol español volvió a ser alta.
Desde el Levante de Juan Ramón López Muñiz se coronó como campeón con 84 puntos, el Osasuna, de la 18-19, subió a Primera con 87, siendo la puntuación más alta registrada desde que el ascenso del Levante en 2017. Espanyol y Mallorca, en la 20-21, pugnaron por el título e igualaron su marca a 82, quedando los pericos en primera posición para que, un año después, el Eibar quedara tercero con 80 a costa del Almería y el Valladolid, que regresaron a Primera División con 81.
Desde entonces, Granada, como primero, subió con 75 y el Leganés, una temporada más tarde, con 74, disminuyendo la marca que se manejaba anteriormente para quedar primero hasta que llegó el Levante de Julián Calero. Sus números son dignos de elogio: 79 puntos, 22 victorias, 13 empates y 7 derrotas, con 69 goles a favor y solo 42 en contra. Sin ser uno de los principales candidatos al ascenso, el Levante verá los playoff para subir a Primera División desde el ‘sofá’. Con los deberes hechos, desde la tranquilidad de no jugarse la vuelta a la élite a una promoción a cara o cruz y con la ilusión de confeccionar la plantilla que debe conseguir la permanencia en la máxima categoría del fútbol español.
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