Un examen a la ambición del proyecto

Más allá de Dimitri Foulquier, el Valencia CF tiene en el futuro de Javi Guerra, Cristhian Mosquera, Diego López y César Tárrega un examen a la fiabilidad de su nuevo mensaje: el expresado tras el nombramiento en Singapur de Ron Gourlay como director de CEO de fútbol. «Estamos construyendo el Valencia CF del futuro, con una base sostenible, ambiciosa y digna de nuestra orgullosa historia. Ron Gourlay comprende las complejidades del fútbol moderno y las exigencias de un club de primer nivel para liderar este proyecto», declaraba el presidente, Kiat Lim.

La ampliación de Foulquier, con dos años fijos a petición del técnico, significa un gesto que reafirma el estatus que Corberán ha ganado. No obstante, los casos de Guerra, Diego López, Mosquera -sobre todo, estos tres- y Tárrega supondrían mucho más. Un cambio estratégico en términos de inversión. Sobre la base de un bloque de jugadores que han crecido en Primera división hasta despertar el interés de clubes con ambiciones elevadas en ligas top 5.

Mosquera y Guerra, después, Diego López y, por último, Tárrega. Ese el orden de mayor a menor dificultad en las renovaciones de cuatro jóvenes indiscutibles para Corberán. La diferencia entre Mosquera y Guerra es de tiempo, un año menos en el caso del central. Si bien, los dos comparten el deseo de que el Valencia sea más competitivo y se asiente con los mejores de la Liga.

Este fin de semana, en una entrevista en ‘Cope’, el ‘8’ de Gilet verbalizó la información avanzada por Super el 28 de mayo, lo deportivo tendrá un peso clave a la hora de la renovación.

Por estatus y rendimiento, tanto Guerra como Mosquera consideran que se han ganado estar cerca del primer escalón salarial de la plantilla. Antes de Gourlay, el club daba por hecho que, este verano, vendería a Mosquera dentro del plan económico de Lim. Así, evitaría el riesgo de que el alicantino que este mes cumple 21 años estuviese completamente libre desde enero. Ahora, en cambio, tras hablar Corberán con el jugador, fuentes del club trasmiten que ambas partes están dispuestas a un último esfuerzo para seguir unidas. El Valencia debe concretar hasta dónde llega su propuesta.

El interés rojiblanco liga a Mosquera y Guerra, al que Lim tenía prácticamente vendido por 25 millones el pasado agosto. Este verano, Meriton pide 20 por el central. La misma cifra en la que tasa a Diego López si la negociación para renovar no cristaliza. El asturiano, autor de ocho goles y cinco asistencias en la Liga, ha manifestado su voluntad de quedarse. Finaliza en 2027 y el suyo es el salario base más bajo, razón por la que el Valencia se ve obligado a mejorarle sensiblemente hasta auparlo a la clase media-alta del vestuario de acuerdo con su rendimiento. El plan era ‘atarlo’ antes del Europeo, pero las posturas están distantes, y a falta de pulirse en nuevas conversaciones.

El tiempo no apremia con César Tárrega -acaba en 2028-, si bien su excelente campaña forzó a abrir la negociación. Su situación es la menos compleja y, de hecho, el club confía en que sea la primera renovación en anunciarse de los sub-21.

Con todos, el club ha movido ficha. Los futbolistas esperan nuevas y más concretas llamadas de Gourlay.