La presa de Montesa tendrá dos diques en Vallada e invadirá un paraje protegido

El documento de alcance del proyecto contempla una línea eléctrica de 5 kilómetros con 67 torres de media tensión para abastecer la infraestructura y plantea una alternativa con un embalse permanente y otra con un desagüe que dejaría el paso libre de los caudales del río Cànyoles para paliar la deforestación

Un plano de la superficie ocupada por la presa, junto con los diques y la línea eléctrica.

Un plano de la superficie ocupada por la presa, junto con los diques y la línea eléctrica. / DOCUMENTO INICIAL DE ALCANCE

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

La presa de laminación proyectada en Montesa podría invadir alrededor de 16.000 metros cuadrados del paraje natural protegido del Barranc de la Fosch, produciría efectos erosivos en el río Cànyoles y precisaría de la construcción de una nueva línea aérea de media tensión de 5 kilómetros de longitud para abastecerse en una zona saturada de grandes infraestructuras. Son algunos de los impactos potenciales más significativos reflejados en el documento inicial de alcance que se ha hecho público en el marco del proceso de evaluación ambiental del proyecto.

Pese a los reparos iniciales manifestados en la Declaración Ambiental Estratégica (DAE) del Plan antiinundaciones del Júcar, el Ministerio de Transición Ecológica continúa adelante con una actuación que se observa como la única alternativa para combatir los riesgos derivados de grandes avenidas sobre la población (especialmente en la Ribera Alta), ante la amenaza de qe se vean intensificados con el cambio climático.

La presa tendrá una altura de 46 metros sobre el cauce, quedará encerrada en el barranco del río Cànyoles -entre las partidas de la Volta y el Brillongo- e irá acompañada de dos diques laterales de cierre de tierra en el término municipal de Vallada (donde se ubicará la mayor parte de la lámina de agua) hechos con materiales sueltos y con una altura de entre 10 y 20 metros.

Los diques, uno en el paraje del Salt y otro en Els Tancals, irán casi paralelos a las carreteras y al ferrocarril circundantes y podrían quedar en parte integrados, aunque el situado al este será más grande y su impacto sobre el paisaje será mayor, en una zona de cultivos cítricos.

El documento plantea dos alternativas con el reto de minimizar las afecciones ambientales. La primera incluiría un un portillo de desagüe profundo a cota del cauce que permitiría el paso libre de los caudales del río Cànyoles mientras no se produzcan avenidas, y la segunda -más agresiva para el ecosistema local- reemplazaría este elemento por un aliviadero que generaría un embalse o lámina de agua permanente de 13 hectáreas de superficie con una cota de 220 metros sobre el nivel del mar que podría albergar un volumen de hasta 84.500 m3 de agua.

El agua vertida aguas abajo de la presa para vaciar el embalse "poseerá capacidad de arrastre" y podría originar fenómenos erosivos

Los vertidos aguas abajo de la presa para vaciar el embalse "poseerán capacidad de arrastre" y podrían originar fenómenos erosivos tanto en el cauce como en los márgenes del Cànyoles. La lámina de agua generada por el embalsamiento temporal -con una extensión de hasta 310 hectáreas- producirá a su vez "una disminución de la velocidad del flujo en los barrancos que vierten al Cànyoles", desencadenando un aumento de la deposición de sedimentos en algunos puntos sobre el lecho de los barrancos, aunque no se prevé que el régimen hidrológico se vea afectado en la Costera.

Impactos y beneficioso

El estribo derecho de la presa se construirá dentro del paraje del Barranc de la Fosch, en una superficie forestal que se verá inundada. La alternativa primera evitaría la pérdida de la vegetación de ribera por la deforestación durante la construcción, una de las alteraciones más significativas que generan los embalses sobre la fauna. Aún así, se esperan posibles modificaciones en las dinámicas poblacionales de animales por el desplazamiento a otras zonas, así como de las interacciones depredador-presa.

La destrucción del hábitat fluvial para la fauna acuática se considera reducida con la primera alternativa (limitada a un tramo de 200 metros en el que se modificará el cauce) y para mitigarla se contempla adecuar el tramo lo máximo posible a un lecho natural para que no se impida la circulación de fauna.

El documento subraya entre los efectos beneficiosos de la infraestructura que puede ser una nueva fuente de riqueza para la región

Otro de las consecuencias de la presa es que propiciará un atemperamiento del clima en la estación fría y un ligero enfriamiento de la misma durante el verano en las inmediaciones. Entre los efectos beneficiosos de la infraestructura, el documento subraya que puede ser una nueva fuente de riqueza para la región y aportar beneficios socioeconómicos al territorio, sobre todo por la mano de obra generada y los ingresos para los ayuntamientos afectados.

Ocupación de la Cañada eral del Cànyoles

La ubicación de la presa supondrá la ocupación temporal de la Cañada Real del río Cànyoles, que, una vez terminada la construcción, quedará parcialmente interrumpida por el cuerpo del embalse. Solo la parte abierta del portillo permitiría el tránsito de ganado y la realización de otros usos. La vereda del Juncal también se verá afectada por la construcción del dique este.

La línea eléctrica prevista, que necesitará 67 torres de media tensión y se engancharía de la depuradora de Vallada, circulará en su mayor parte dentro de un corredor de infraestructuras (formado por carreteras, la línea del tren, un carril bici...), para intentar mitigar su impacto.

La alternativa de un embalse permanente a una cota de 220 metros generaría impactos mucho más importantes sobre la fauna

Con la alternativa 2 se eliminaría una superficie de 2,78 hectáreas de pinos y desaparecerían las especies que ocupan el lecho sin permitirse su recolonización. Además, se modificaría el uso del barranco del Cànyoles como corredor para la fauna y se generaría una mayor deforestación. El embalse podría impedir o dificultar los movimientos locales o migratorios de animales terrestres y sería una barrera para la movilidad de las poblaciones acuáticas.

Parte de la lámina de agua permanente estaría en el paraje de la Fosch y temporalmente podrían llegar a ocuparse 36.000 m2 del paraje. Por debajo de la cota quedarían 253 edificaciones, infraestructuras y servicios que podrían verse afectados o condicionados por la conversión de los terrenos en zona potencial inundable. El documento también analiza el riesgo sísmico existente en la zona.

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