Entender más
El último Medici: "La historia de mi familia es una operación de márketing fantástica"
El último descendiente de la estirpe de gobernantes y mecenas de la Florencia del Renacimiento reúne en un libro poco complaciente las historias menos conocidas de su familia

Lorenzo de Medici, en el Museo de Arte Antiguo de Lisboa, donde vive. / Nuno Moreira
Daniel G. Sastre
Lorenzo de Medici se llama como se llama no por casualidad, sino porque es el último eslabón de una cadena de 25 generaciones que abarca un milenio y que tuvo su esplendor durante el Renacimiento. Fue entonces cuando su antepasado, llamado igual que él y apodado 'Il Magnifico', grabó por primera vez el apellido Medici en la primera línea de la historia. Gobernante, banquero, mecenas y protagonista de la edad dorada de Florencia, impulsor del talento de, por ejemplo, Miguel Ángel Buonarroti, Lorenzo de Medici fue uno de los primeros puntales de una saga que termina. "Ni mi hermano ni yo hemos tenido instinto paternal. Hemos aprovechado la vida, y cuando éramos ya cincuentones nos dimos cuenta de que igual era ya tarde para esas cosas", dice el último representante de la estirpe. A los 74 años, y tras publicar con éxito una decena de novelas históricas, Lorenzo de Medici, el actual, se atreve con la historia de los suyos en 'Los Medici, mi familia', que acaba de publicar Ariel.
El libro tiene partes de crónica familiar, de manual de historia y de memorias. Pero cuando en un árbol genealógico se dan cita tres papas –cuatro, si no se tiene en cuenta que Pío IV, como subraya el autor y en contra de la creencia popular, no pertenecía a la saga–, dos reinas de Francia y numerosos gobernantes de Florencia, se funden los avatares históricos y las anécdotas que, contadas por padres y abuelos, cincelan una infancia.
Pero se equivocarán quienes esperen un relato edulcorado. Muchos de la familia Medici salen mal parados de la crónica. Y el propio autor deja claro que la fama imprescriptible de sus antepasados como mecenas, y sus relaciones con los mayores artistas y científicos de la historia –Leonardo da Vinci, Galileo Galilei, Botticelli, Donatello, Brunelleschi, entre muchos otros–, fue, en primer lugar, "una operación de márketing fantástica".
Poder y ambición
¿Están los Medici más vinculados a la ambición y al poder o son símbolo de libertad, como parece desprenderse del episodio histórico, recogido en el libro, de la llegada al poder del fraile ascético Savonarola, a quien se compara con Jomeini? "Lo que más pesa es el poder, no hay duda", dice Lorenzo de Medici. "El objetivo último era adquirir poder, alcanzarlo de cualquier manera", añade.
A diferencia de sus antepasados más conocidos, el autor de 'Los Medici, mi familia' es un hombre discreto, que ite cierto reparo para hablar de cosas privadas. "Mi hermano y yo somos los últimos de nuestra rama familiar. A pesar de nuestros matrimonios, ninguno tiene hijos. Quizá, inconscientemente, seguimos la tradición familiar de tener descendencia en la madurez. Este tema no nos preocupa; de hecho, nunca lo hemos discutido. Somos personas reservadas, incluso entre nosotros. Por pudor o respeto, no compartimos asuntos personales. Somos de la opinión de que los sentimientos, los amores, los matrimonios y los divorcios son cosas íntimas", dice en el capítulo final del libro. ¿Por qué entonces se propuso escribirlo? "Porque últimamente mi apellido está muy de moda, hay muchos programas y series sobre los Medici, y hay gente que se cree cosas que son mentira", afirma.
Por ejemplo: en la serie 'Los Medici: señores de Florencia', de la RAI, la trama parte del asesinato por envenenamiento de Juan de Medici, el primer banquero y mecenas de la familia, bisabuelo de 'Il Magnifico'. "No es cierto. Murió en la cama, como buen cristiano", replica el último de la saga.
El complejo de Juan Carlos I
Lorenzo de Medici también exhibe en el libro una profunda relación con España. Y más en concreto con su familia real: se declara "muy amigo" de la fallecida Infanta Pilar de Borbón, hermana de Juan Carlos. Al rey emérito le dedica tanto elogios como críticas. Dice, por ejemplo, que Juan Carlos "sufría una especie de complejo bien escondido por ser rey por la gracia de Franco, y no de Dios", y que era "muy celoso de sus prerrogativas reales". Lo demuestra con una anécdota al respecto: Sabino Fernández Campo, durante años jefe de la Casa del Rey, se refería a Lorenzo de Medici con el tratamiento de "alteza real". Un día lo escuchó Juan Carlos y se enfureció. "Le dijo de muy malas formas que yo no era alteza real, sino alteza serenísima", explica Medici.
Pero añade que él, que siempre ha "votado socialista" y tiene "inclinación republicana" aunque la gente piense que es de derechas, tiene un buen concepto del reinado de Juan Carlos: "Es difícil de explicar. Una cosa es ser monárquico y otra la lealtad que debes a una persona que respetas. Creo que Juan Carlos hizo cosas increíbles al principio de su reinado, y luego no soy nadie para juzgar si una persona se enamora o hace tonterías".
Como le sucede a menudo, la actualidad dio al autor recientemente ocasión de recordar episodios de sus antepasados. Fue durante la elección del nuevo Papa, que eligió para reinar un nombre, el de León, que también fue el de dos de los papas Medici, León X y León XI. En esta ocasión Lorenzo de Medici tuvo un presentimiento: "Como mucha gente, estábamos viendo con amigos la elección del papa. Hicimos una especie de juego: había que adivinar qué nombre escogería. Muchos decían Francisco II o Juan Pablo III, y yo dije León XIV, por mi familia. Cuando lo eligió, casi me desmayo".
Suscríbete para seguir leyendo
- Koldo tras cobrar 2.600 euros al mes de un empresario: 'Mamón, el ingreso mensual se terminó
- Los expertos avisan: Las 3 bebidas que disparan la posibilidad de sufrir un ictus
- ¿Qué es la sangre dorada y por qué es una maldición para quien la posee?
- El metro no regresará el 21 de junio
- Estos son los institutos valencianos con mejor nota en las PAU de 2025
- Bajón en las notas de la PAU al suprimirse las facilidades de la pandemia
- La mayor parte de la feria mortal de Mislata estaba montada en suelo privado y sin cobertura legal
- Siete meses de la dana: “Nos han cobrado 40.000 euros y seguimos sin puertas ni ascensor”