Ciclismo

Pogacar recupera el espíritu campeón y azota al Dauphiné

El fenómeno esloveno gana en solitario la primera etapa de montaña por delante de Jonas Vingegaard al que le quita un minuto para vestirse ya con el jersey amarillo

Tadej Pogacar se impone en el Dauphiné.

Tadej Pogacar se impone en el Dauphiné. / ASO / TONY ESNAULT

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Los guiones ciclistas se reescriben muchas veces y cuando Tadej Pogacar está en acción, sea la carrera que sea, una clásica o una etapa de montaña en una ronda de una semana como el Dauphiné, el desenlace siempre es el mismo, con mayor o menor espectacularidad, dictada más por el terreno que por la fortaleza de sus piernas. Gana Pogacar, se coloca líder, supera a Jonas Vingegaard en un minuto y disipa cualquier duda que pudiera haber dejado el miércoles en la contrarreoj de la prueba sa.

Si empezó el Dauphiné de líder, si consiguió la camiseta amarilla el primer día, Pogacar ya vuelve a estar vestido con el mismo ‘maillot’ que identificará al primero de la general del Tour de aquí a 21 días, justo tres semanas, tantas jornadas de espera como etapas tendrá la Grande Boucle, el lugar donde el fenómeno esloveno espera conseguir el triunfo absoluto por cuarta vez en su carrera deportiva.

En el Dauphiné no quiso esperar a las dos etapas de montaña de este fin de semana, llamadas a ser el lugar en el que se debe decidir la carrera. Ya atacó en lo que se podía denominar con el aperitivo. En un abrir y cerrar de ojos se zampó todos los platos y casi no dejó menú para los dos días que faltan.

Respondió Vingegaard al demarraje de su rival esloveno, pero no aguantó más que un centenar de metros. Luego las imágenes trasladaban al pasado, al Tour de 2024, Pogacar siempre primero y Vingegaard en segunda posición. Y así fue hasta la meta, 8 kilómetros de brillo esloveno, con el corredor danés en segunda posición y con Remco Evenepoel, que lejos de defender el ‘maillot’ amarillo, transmitió que todavía le faltan unos cuantos kilómetros de entrenamiento para adquirir un mejor tono escalador.

Los otros éxitos

Pogacar ganó en solitario como hizo en clásicas como la Strade Bianche, el Tour de Flandes y la Lieja-Bastoña-Lieja, que han sido las carreras donde mejor se ha exhibido este año y puso el trazado para anotarse una de las pocas carreras de una semana que le faltan en el palmarés, el Critérium del Dauphiné. Tendrá que pelear en las dos últimas etapas, pero con la impresión de que Vingegaard todavía debe afinar mucho este mes de junio más para escalar al ritmo esloveno.

El Dauphiné no es el Tour y ganarlo no significa que te vayas a encontrar con una autopista en la ronda sa. Ni mucho menos. Pero da ánimos, asusta a los rivales y estos entrenan hasta la salida de Lille sabiendo que tienen que ponerse las pilas para contrarrestar a Pogacar camino de París.

La fiesta todavía no es completa para Pogacar pero muy mal se le han de poner las cosas para que el domingo no se lleve la victoria. Sólo un completo complot del Visma, si es que tienen ganas de ejecutarlo y Vingegaard las fuerzas suficientes, puede arruinarle la crónica de una victoria anunciada. Eso sí, en dos días, gane el que gane, se presumen dos etapas espectaculares con el mejor ciclismo que se puede ver en estos momentos.

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