Una avalancha de solidaridad para devolver los suministros básicos
Centenares de electricistas y fontaneros voluntarios colaboran desde el primer momento en recuperar la luz o el agua en zonas afectadas

Electricistas trabajando en una vivienda afectada, la pasada semana. / Eduardo Ripoll

Hace casi tres semanas, la dana devastó numerosos municipios. Un golpe, en forma de riada, que se llevó por delante no solo miles y miles de vehículos y negocios, sino también instalaciones fundamentales para cualquier vivienda como las del agua o la electricidad. Un problema vital frente al cual comenzó a gestarse, prácticamente desde el minuto uno, una avalancha. La de la solidaridad de todos aquellos profesionales, desde fontaneros a electricistas, que han estado trabajando desde la catástrofe para que la ciudadanía pueda recobrar esos suministros básicos, una de las peticiones que se han venido reclamando desde los municipios afectados.
Y es que, según los datos tanto de las patronales de los instaladores eléctricos (Aselec) como de los fontaneros y de instalaciones térmicas (Aseif) –pertenecientes ambas a la federación del metal, Femeval–, el volumen de profesionales de cada sector que ha estado contribuyendo a esta recuperación sobre el terreno ha superado el centenar. Una voluntariedad organizada en las dos patronales mediante dos grupos de Whatsapp específicos y creados a las pocas horas del paso de la dana.
Bajantes y ayuda a bomberos
Como explica Magdalena Verdú, vicepresidenta de Aseif, "ahora estamos en una segunda fase, que es la del gas". Sin embargo, durante estas semanas, las tareas de los fontaneros han ido "desde arreglar muchas bajantes y tuberías que se habían roto» a «ayudar a los bomberos a achicar agua" de los lugares anegados.
"amos con los ayuntamientos y el colegio de ingenieros para que nos comunicara cuáles eran las urgencias y, de ahí, los voluntarios han ido cogiendo", añade. Un trabajo –en un día, sin ir más lejos, ayudaron a recomponer el servicio a 290 viviendas, aunque es "imposible saber la cifra total" tras la dana, asegura Verdú– que se ha podido desempeñar gracias al esfuerzo de alrededor de 110 autónomos o pymes que han estado en las áreas golpeadas.

Un fontanero trabajando en una alcantarilla de Paiporta tras la dana. / Eduardo Ripoll
Es el caso de Mateo Carmona, quien junto a su hermano Pepe y los yernos de ambos -Adrián y Deri– han estado desde el primer momento «intentando ayudar en lo posible». Y es que, desde el barrio del Cristo de Aldaia en el que se ubica su firma (Fontanerías Carmona), "cargábamos todo el material y nos hemos ido moviendo a dónde podíamos. Llamábamos e íbamos a hacer las reparaciones".
"Hemos visto la desolación de la gente, pero también nos han agradecido mucho", explica Carmona, que junto a sus compañeros cuenta, por ejemplo, cómo fueron "a Alfafar, donde el agua se había llevado los contadores". "Darles servicio para que abran el grifo, tengan agua y puedan tirar de la cadena, ya lo ven suficiente", insiste el instalador, que recuerda cómo una mujer "me llamó por la noche llorando y agradeciéndome que pudiera tener agua por la noche. Y casi me pongo a llorar yo también", destaca.
"Hemos visto la desolación, pero también nos han agradecido mucho", señala Carmona
Ayuda tras cinco días sin luz
Unas muestras de agradecimiento que también enfatizan aquellos que han trabajado por recuperar los sistemas eléctricos de viviendas y comercios. Es el caso de Julio Flors, gerente de Ecoval Electricidad, situada en Puçol y que comenzó a llegar a la zona cero para "ayudar" el lunes 4. "La vivienda que veíamos que necesitaba servicio, la atendíamos. Le dábamos ese primer auxilio", reconoce este instalador que, en un primer momento, ‘desembarcó’ "en zonas que llevaban cinco o seis días sin luz".
"Hemos cambiado fusibles y prolongado enchufes para que pudieran cargar el móvil o conectar una nevera", señala Flors sobre algunas de las entre 80 y 100 ‘misiones’ –a las que llegaba en los primeros días aparcando su vehículo fuera de los municipios y yendo a pie sobre el barro cargado con los materiales– que ha emprendido tras la tragedia. "El primer día éramos unos cuantos trabajando, pero poco a poco se han ido añadiendo más", resalta.

Flors y un compañero trabajando en una instalación eléctrica en la zona afectada. / Levante-EMV
No en vano, según explican fuentes de Aselec, ha habido hasta 150 instaladores trabajando en intervenciones "de emergencia y reposición provisional del servicio eléctrico" como voluntarios, algunos incluso "con una dedicación exclusiva estos días para los afectados". En ese tiempo, gracias también al recibimiento de material procedente de fabricantes y distribuidores, la asociación calcula que se han podido llevar a cabo al menos 1.082 intervenciones, ayudando con ello a más de 4.000 personas.
"La vivienda que necesitaba servicio, la atendíamos. Le dábamos ese primer auxilio", apunta Flors
Durante y tras las mismas, Flors remarca que "hemos tenido un agradecimiento brutal" porque, aunque aún queda mucho trabajo, "les hemos dado un poco de esperanza, de ver que no están solos". Es lo que reflejan algunas de las reseñas – una de ellas, sin ir más lejos, recuerda que "Julio llegó andando, cruzando todo el barro, desde la otra punta de Catarroja. Ahora tenemos electricidad. Muchísimas gracias"- que ha recibido en Internet su negocio tras la ayuda y que muestran la importancia de esta avalancha de solidaridad. "Muestra que somos humanos", concluye.
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