Rearme europeo
El Gobierno se prepara para un choque inminente con Trump y la OTAN por el aumento del gasto militar: "Nuestra posición será valiente"
El Ejecutivo considera "arbitraria" la hoja de ruta para llegar al 5% del PIB en el presupuesto en defensa que EEUU tratará de impulsar en la cumbre de la Alianza Atlántica dentro de dos semanas en La Haya
Los socialistas son conscientes del malestar de sus socios en esta materia y limitan su compromiso al 2% recientemente aprobado sin pasar por el Congreso

Mark Rutte y Pedro Sánchez, el pasado 27 de enero en el palacio de La Moncloa. / JOSÉ LUIS ROCA
El Gobierno se prepara para una cumbre de la OTAN “muy dura” el próximo 24 de junio en La Haya. Tanto EEUU como el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, quieren que la cita sirva para que los estados se comprometan a destinar el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) al gasto en defensa. El Ejecutivo español ha dejado claro que no comparte una hoja de ruta que, a falta de conocer nuevos detalles, considera “arbitraria” y coloca al PSOE, ya a la defensiva por la cascada de investigaciones judiciales que afectan al partido y al entorno de Pedro Sánchez, en una muy difícil posición con sus socios, incluido Sumar dentro de la coalición. Ante este escenario, en la Moncloa ya se preparan para un choque en la cumbre.
“Nuestra posición será propia, autónoma y valiente”, explican los colaboradores de Sánchez. Ya ha habido o con otros países que tampoco comulgan con el enfoque de Rutte y Donald Trump, el presidente norteamericano, continúan las mismas fuentes. Pero los socialistas no se atreven a dar por hecho que haya un frente común en contra. Más bien sospechan que las posiciones de los estados escépticos con las subidas de las partidas militares se suavizarán en la reunión. “No sabemos si serán tan contundentes como nosotros, porque ahora parece que hay que ser muy atrevido para enfrentarse a Trump. Nosotros vamos a serlo”, explican.
De momento, el Ejecutivo considera que los defensores del 5% no han justificado este significativo aumento. “Es un porcentaje arbitrario. ¿Con qué calendario? ¿Y por qué? ¿Y si después dicen el 10%? ¿O el 20%?”, se preguntan en la Moncloa, donde aseguran que la subida del gasto armamentístico beneficiará, sobre todo, a la “industria militar” de EEUU, en un momento en el que la economía de este país necesita “estímulos” tras el golpe arancelario de Trump.
El cambio de prisma
Sánchez ya aprobó hace un mes y medio el aumento de estas partidas hasta el 2% del PIB -cifra a la que en su día se comprometió en 2014 el Ejecutivo de Mariano Rajoy-, una controvertida medida que suscitó mucho malestar en la mayoría de sus socios y que el presidente evitó someter a una votación del Congreso que no hubiese salido adelante sin el voto a favor del PP.
En el Ejecutivo compensan estas posiciones propias en el debate abierto sobre el gasto en defensa con su insistencia en presentarse como un “aliado fiable”. Tanto por el “esfuerzo” cometido con el plan de inversiones en defensa para alcanzar el 2% del PIB, como por el despliegue de tropas en el exterior y la aportación militar. De ahí que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, apostase esta semana por no poner el foco en los porcentajes “sino en las capacidades que necesitamos para hacer frente a las amenazas". Es decir, un enfoque en seguridad que va más allá de lo estrictamente militar para integrar también la ciberseguridad y otras peligros híbridos, con especial atención al flanco sur y al terrorismo del Sahel con las oleadas de inmigración ilegal que provoca.
El compromiso del Gobierno ahora mismo se limita al 2% del PIB. Fuentes del Ministerio de Defensa aseguran que así está establecido tanto para este año como para el siguiente. Además, las mismos interlocutores del departamento que dirige Margarita Robles señalan que si este porcentaje ya conlleva dificultades para la ejecución, el horizonte del 5% se hace prácticamente inviable con las actuales capacidades de la industria. “Primero tenemos que ver las capacidades” y a partir de ahí definir “los porcentajes”, concluyen, tratando de encarar la cumbre La Haya volteando el debate.
Desde el Gobierno confían así en que, al menos, se relajen los plazos para alcanzar los objetivos que puedan salir de la cumbre. El propio Rutte se refirió en un principio a 2030 para luego ampliar esta meta dos años más. Unos compromisos que, según la Moncloa, son difíciles de asumir para muchos estados, pero que se pondrían sobre la mesa “para contentar” a Trump. Ante las resistencias que viene manifestando España, el embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker, elevó la pasada semana la presión para que los aliados lleguen al 5% con una referencia explícita a nuestro país.
Sin respaldo parlamentario
La situación del Gobierno en minoría es compleja ante la oposición frontal a incremento del gasto militar por parte del arco progresista del Congreso. Este mismo miércoles, durante la sesión de control al Gobierno, la diputada de Podemos, Ione Belarra, reclamó al jefe del Ejecutivo desmarcarse del objetivo del 5% del PIB, tras acusarlo de estar ya “llegando demasiado lejos” con el plan de inversiones para alcanzar el 2%. Un incremento del gasto que asoció con una “imposición de Trump” y por el que acusó a Sánchez de estar ya cometiendo recortes. “No se pongan la venda antes de la herida”, replicó el presidente. En plenas negociaciones previas para llegar con una propuesta consensuada a la cumbre de La Haya, Sánchez evitó concretar su posición.
El jefe del Ejecutivo quiso vincular las palabras de la líder de Podemos con un intento de “marcar perfil propio”, recordando que con los morados dentro de la coalición, durante la legislatura pasada, ya se aumentó el presupuesto en defensa. Sin embargo, la oposición al aumento del gasto militar se extiende a otros socios como ERC, EH Bildu y BNG, además de los de Sumar que se sientan en el Consejo de Ministros.
El plan de inversiones en defensa aprobado el pasado mes de abril por un coste adicional de casi 10.500 millones (del 1,4% al 2% del PIB), no pasará así por el Congreso, sorteando un eventual bloqueo de los socios parlamentarios. Al no haber nuevos Presupuestos Generales del Estado, ni recurrirse a vías de financiación que supongan ampliaciones de crédito complementarias, el Gobierno defiende que se trata de "decisiones del ámbito ejecutivo". Sin embargo, un incremento hasta el 5% haría prácticamente evitar el Congreso.
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