A toda vela. Día radiante y mar en calma y de intenso azul. Sopla un viento muy marinero, un viento para desplegar trapo y navegar de verdad. "Navegar es preciso, vivir no lo es" (Pessoa). La bahía de Xàbia, surcada por decenas de veleros. Desde tierra, se contemplaba un horizonte de dientes de sierra, un horizonte también de mar centelleante y cielo terso y nítido. Esta es la navegación auténtica: deslizarse con las velas (y la felicidad marinera) henchidas.
Un horizonte de dientes de sierra: el espectáculo de la vela en la bahía de Xàbia (imágenes) 372i30
A. P. F.
A toda vela. Día radiante y mar en calma y de intenso azul. Sopla un viento muy marinero, un viento para desplegar trapo y navegar de verdad. "Navegar es preciso, vivir no lo es" (Pessoa). La bahía de Xàbia, surcada por decenas de veleros. Desde tierra, se contemplaba un horizonte de dientes de sierra, un horizonte también de mar centelleante y cielo terso y nítido. Esta es la navegación auténtica: deslizarse con las velas (y la felicidad marinera) henchidas.
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