Tensión en EEUU

Las protestas contra los arrestos de inmigrantes y la deriva autoritaria de Trump se extienden por EEUU

El toque de queda nocturno en Los Ángeles, con el que la alcaldesa busca quitar argumentos a la militarización ordenada por el presidente, frena el vandalismo y dispara las detenciones

Manifestaciones en Los Angeles contra las políticas migratorias de la istración Trump.

Manifestaciones en Los Angeles contra las políticas migratorias de la istración Trump. / Maximilian Haupt/dpa

Idoya Noain

Idoya Noain

Nueva York

Chicago, Nueva York, Atlanta, Austin, San Antonio, San Luis, Raleigh, Las Vegas, Mineápolis, Eugene, Seattle… La mecha de las protestas contra la endurecida y agresiva política de detenciones de inmigrantes del presidente Donald Trump que prendió el fin de semana en Los Ángeles se extiende, cada vez con más fuerza, por ciudades de todo Estados Unidos.

Lo hace también la tensión por la respuesta militarizada del mandatario y el rechazo a ese peligroso paso, otro más en la deriva autoritaria de Trump. El republicano ha exagerado desde el sábado la destrucción asociada a las manifestaciones, para desplegar sin que se lo pidieran las autoridades locales a cerca de 5.000 militares reservistas y en activo en la principal urbe de California y la segunda de todo el país, un despliegue que este miércoles el secretario de Defensa, Pete Hegseth, avanzaba en el Congreso que podría reproducirse en otras ciudades.

En esa misma comparecencia Dan Caine, el general que preside la Junta del Estado Mayor, negaba que EEUU esté bajo una "invasión extranjera". Ese es uno de los argumentos de Trump para justificar el despliegue militar, que alterna con el de la "rebelión" o con acusaciones de que las protestas están protagonizadas por "ilegales", "radicales de izquierda" o "insurrecionistas pagados". Cuando este miércoles se pedía a la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, que detallara qué pruebas tiene el mandatario para esto último replicaba: "sentido común".

De momento, no obstante, Los Ángeles se ha convertido en el laboratorio del reto de Trump al poder de gobiernos estatales y locales gobernados por demócratas y al sistema constitucional y democrático. Y las protestas que crecen en la metrópolis y a lo largo y ancho del país van subiendo la temperatura ante manifestaciones organizadas en todo EEUU para el sábado, cuando Trump ha decidido marcar el 250 aniversario del nacimiento de la Armada coincidiendo con su 79 cumpleaños con un enorme desfile militar en Washington DC. El lema común de las manifestaciones es "No kings", un rechazo a los reyes.

Respuesta de California

En Los Ángeles los efectivos militares desplegados tienen de momento la misión y autoridad limitada a proteger empleados y propiedades federales. Trump, no obstante, no deja de emplear retórica que le abriría las puertas a invocar la Ley de Insurrección de 1807, que daría la opción superar la Ley Posse Comitatus y permitir a las Fuerzas Armadas realizar acciones policiales contra ciudadanos estadounidenses en su propio territorio. "No tenemos miedo de ir más allá", aseguraba este miércoles la fiscal general, Pam Bondi.

La estrategia transparente de Trump ya ha llevado al gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, a pedir a los tribunales que frenen al presidente. Newsom, con claras aspiraciones presidenciales para 2028, y que inició el mandato de Trump ofreciendo señales de acercamiento a los republicanos como criticar la competición deportiva de mujeres transgénero o proponiendo retirar ayuda sanitaria estatal a inmigrantes sin papeles, ofreció el martes un discurso donde acusó a Trump de "abuso descarado de poder" y habló de "un momento peligroso para la democracia" en EEUU.

Toque de queda

La alcaldesa de Los Ángeles, la también demócrata Karen Bass, ha dado sus propios pasos para tratar de frenar la escalada y dejar sin argumentos a Trump. El martes por la noche impuso un toque de queda nocturno, entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, en la zona del 'downtown' de Los Ángeles que ha sido el centro de las protestas, en las que ha habido estallidos de violencia pero que han estado siempre muy lejos de representar una crisis grave. La medida afecta a alrededor de 2,5 kilómetros cuadrados en una ciudad que se extiende por más de 1.200 kilómetros cuadrados.

Con ese toque de queda en vigor la noche del martes las protestas fueron mucho menores en intensidad y participación, se redujo considerablemente el vandalismo y se dispararon el número de detenciones. La alcaldesa ha adelantado que la medida seguirá aplicándose mientras lo considere necesario.

División política

Frente a la resistencia de líderes demócratas en California Trump cuenta con aliados republicanos en estados como Texas. Allí el gobernador Greg Abbott anunció el martes por la noche que desplegará la Guardia Nacional para responder a las protestas, convirtiéndose en el primer gobernador que pide a Trump el apoyo de los militares.

Ron Nirenberg, alcalde demócrata de San Antonio, una de las localidades texanas donde ha habido manifestaciones y se anticipan más, ha dicho este miércoles que esa presencia de militares es innecesaria y ha hablado de "teatro y provocación".

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