Violencia xenófoba

Los disturbios racistas en Irlanda del Norte alimentan la tensión entre unionistas y republicanos

Los altercados de esta semana en la ciudad de Ballymena han provocado las primeras grietas en el Gobierno regional poco después de su desbloqueo a principios del año pasado

Barricadas ardiendo en una calle de Portadown, en Irlanda del Norte.

Barricadas ardiendo en una calle de Portadown, en Irlanda del Norte. / BRIAN LAWLESS / DPA

Lucas Font

Lucas Font

Los disturbios racistas ocurridos esta semana en la localidad de Ballymena, en Irlanda del Norte, han alimentado la tensión en el Gobierno de poder compartido entre unionistas y republicanos. La ministra principal, la republicana del Sinn Féin Michelle O’Neill, ha pedido la dimisión del ministro de Comunidades, el unionista del DUP Gordon Lyons, por revelar el lugar en el que se alojaban de forma temporal algunos de los ciudadanos extranjeros que han sido víctimas de los altercados xenófobos de los últimos días, iniciados a principios de esta semana tras la detención de dos adolescentes de origen rumano acusados de abusar sexualmente de una menor

La revelación de que los cargos contra los dos detenidos habían sido leídos a través de un traductor de lengua rumana han provocado la indignación de una parte de la comunidad de Ballymena, una ciudad de cerca de 30.000 habitantes en la que el número de extranjeros ha crecido en los últimos años. Los disturbios, que se han saldado con 15 detenidos y más de 40 agentes heridos, no sólo han tenido como objetivo a la policía, sino también a algunas familias extranjeras residentes en la localidad, que fueron trasladadas a un centro deportivo municipal para evitar mayores incidentes.

La disputa en el Gobierno norirlandés ha surgido a raíz de un mensaje que Lyons publicó en sus redes sociales informando del lugar al que habían sido trasladadas las familias. "Varias personas han sido trasladadas temporalmente al polideportivo de Larne en las primeras horas de la mañana tras los disturbios ocurridos en Ballymena. Como miembro de la Asamblea Legislativa (MLA) de la zona, ni a mí ni a mis colegas del DUP se nos informó ni se nos consultó sobre esta decisión hasta última hora de la tarde", aseguró el miércoles Lyons, quien pidió "mantener la calma" a los manifestantes.  

Tensión interna

La revelación del lugar, sin embargo, provocó que decenas de personas se desplazaran al centro, situado a unos 30 kilómetros de Ballymena, con el objetivo de atacarlo y tratar de prenderle fuego. Tanto los del Sinn Féin como de otros partidos minoritarios han cargado contra Lyons por alimentar los disturbios y poner en riesgo la vida de las personas alojadas en el centro. "Creo que sus comentarios son muy insuficientes y se desvían mucho hacia el terreno de agravar la situación", ha asegurado O’Neill este jueves. "Por lo tanto, creo que debería reconsiderar su situación".

Tanto Lyons como su partido, sin embargo, han rechazado los pedidos de renuncia y han cargado contra la ministra principal, a la que han acusado de querer sacar rédito político de los altercados. "[O’Neill] no está en posición de pedir a ningún ministro que reconsidere su cargo. Debería mostrar cierta madurez política y dejar de jugar a juegos tontos para llamar la atención", ha asegurado el líder del DUP, Gavin Robinson, a través de sus redes sociales. "Gordon Lyons no dimitirá y ni él ni nosotros nos dejaremos distraer por estos juegos políticos", ha añadido.

Los altercados de esta semana en Irlanda del Norte han puesto de relieve el creciente rechazo hacia los inmigrantes en el Reino Unido, algo que ya quedó demostrado en las protestas xenófobas del pasado verano tras los ataques de Southport. Una tensión que se ha trasladado al Gobierno de Stormont y que ha provocado las primeras grietas desde su reactivación a principios del año pasado tras dos años de bloqueo institucional.

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