Opinión | Hoy es el futuro
No quiero ser Luis Enrique

Luis Enrique. / Efe
Cuando vuelva a nacer no quiero ser entrenador de fútbol. Si me dan a elegir, de entre todas las vidas escogeré la de rico ‘bon vivant’. Me cansé de ser pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo y con cara de malo. En mi nueva reencarnación no quiero ser entrenador porque solo vale ganar, y tanto he perdido y para nada, que me imagino en cada rueda de prensa como Guardiola, lleno de cicatrices y arañazos porque su City esta temporada no ha enamorado. Me aterra ver que ahora pesa más un meme que haber ganado títulos en fecha tan lejana como… ¡la temporada anterior! ¿Cómo vivir siempre y únicamente del resultado de ayer o incluso del de hoy mismo? Uf, si es que de pensarlo me canso.
Les cuento una que me pasó hace un par de semanas paseando a mi perro por las afueras de mi pueblo, en plena zona cero de lo que queda de L’Horta Nord. Ni se imaginan las nuevas amistades que se pueden hacer entre mascotas. Mira, se acerca el dueño de Luna, luego aparece la pareja con la podenca tranquila -a mí me ha tocado el podenco más estresado de la historia de los podencos estresados- y vámonos cuanto antes que en breve llegará el ‘malacara’ y su dálmata -son los dos iguales, lo juro-. El caso es que el dueño de Luna es muy del Real Madrid, pero él no sabe que yo lo sé, y lo sé porque a menudo, mientras nos contamos las aventuras diarias de nuestros perros, escucho que desde su teléfono móvil salen debates desaforados. De mí solo sabe que soy el dueño de Meló, y ni si quiera es cierto porque es de mi hija pero soy yo quien lo pasea, por eso, cuando me percato de que su teléfono está más caliente que la bolsa de Nueva York el día de la liberación y de los aranceles, le pregunto cómo va la tertulia. ¿Cómo va a ir?, responde airado saliendo de su pausa habitual de argentino locuaz, “es la pura verdad, Ancelotti no valía y por eso llega ahora Xabi Alonso. Si el Madrid ha ganado todo lo que ha ganado es a pesar de él”. Ya hay que ser perdedor para ganar tres Champions con un equipo y que te digan que se han ganado pese a ti…
¿Usted quiere pasar de ser una leyenda a un inepto en unos días?, métase a entrenar. ¡Mano de santo! Es que este entrenador no tiene discurso, dice uno… ¡Cómo lo va a tener si nos empeñamos en que solo valga ganar, ganar, ganar y volver a ganar y lo decimos una y otra vez para parafrasear a Luis Aragonés porque queda de molón y experto! Yo he leído en un periódico que el entrenador ‘Fulanito de tal’ no hace la suficiente autocrítica en rueda de prensa y que no solo vale con que cuando pierde diga “yo soy el máximo responsable”. La madre que me parió, decir soy el máximo responsable no es suficiente autocrítica. ¿Pero qué tiempos son estos que nos ha tocado vivir? Al final, uno trata de estar pendiente de todo hasta que llega el esguince de sueño de cada noche, y el resultado es que no terminas de tener claro si Luis Enrique es buen o mal entrenador. Y eso es lo más preocupante.
PD: Ya que estamos y si puede ser, en la nueva vida me pido también ser guapo, y que me duela la cara de tanto. Pero entrenador no, que como dice Rupatrupa, no soporto ese ruido de ignorantes gritando sin sentido. Y por eso me lleno de canciones.
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