Opinión | Trencar l'enfit

Subdirectora de Levante-EMV

Lo más repugnante

El desprecio hacia las mujeres manifestado por los personajes de la trama corrupta deja claro que, para ellos, éstas solo son meros objetos 'para follar' y poco más

El exministro José Luis Ábalos, junto a su gurdaespaldas, Koldo García.

El exministro José Luis Ábalos, junto a su gurdaespaldas, Koldo García. / Manuel Bruque

Hay muchos aspectos repugnantes en todo lo que rodea el affaire Koldo-Ábalos-Cerdán. Muchos. Desde la desaforada gula para acaparar todo tipo de beneficios económicos saltándose todas las barreras morales que por su situación política habían de respetar, hasta la salvaje voluntad de saqueo en su al poder, pasando por las expresiones más despreciables, humillantes y denigrantes. Me refiero, en este último caso, a la manera en que los oscuros personajes de esta tristísima e indignante historia se refieren a las mujeres de su entorno. Un señor exministro, con muchos afines en su momento, y un guardaespaldas, que menosprecian la dignidad de las mujeres con un tono que no es otro que el de convertirlas en puros objetos sexuales. No personas, no compañeras, no seres humanos en igualdad. No. Puros objetos. "Te tengo preparada una (...) La Ariatna está bien, está recién, está perfecta. Y la colombiana nueva". La colombiana que, por no tener, no tiene ni nombre.

Ahora ustedes me dirán, y con razón, que esto se veía venir. Recurrir a la prostitución para satisfacer las necesidades sexuales de uno, pagar por usar el cuerpo de las mujeres vulnerables para darse un gusto que de otra manera quizás no se podría dar, dice mucho de la propia condición del ser putero. De lo que piensa y de cómo actúa. Sin respeto, sin empatía y con un tremendo sentido de la superioridad. Si yo pago por tu cuerpo tú haces lo que yo te diga o te dejas hacer. Quizás en libertad no me elegirías, así que te obligo pagándote. Tu inteligencia, tus emociones, tu condición de persona no vale nada más allá del beneficio que yo pueda obtener.

Y de nuevo, a los audios me remito para defender lo que escribo. Y es que el propio Koldo García buscó trabajos zombis para su mujer y una amiga al grito de : "No solo hay que valer para follar". Así habla a Santos Cerdán de Nicoleta, una chica rumana de su entorno. "Te iba a pedir un favor ¿vale?, pero esto es un favor personal, porque esto es… Mira, Nicoleta, ¿vale? [...] ¿Te acuerdas de la chica rumana y demás? No solo hay que valer para follar. Ella la pobre está en el paro". Está en el paro. Necesita dinero para subsistir. Más claro, agua. Por gusto, no se equivoquen, no se prostituye nadie.

Tener a personajes así en lugares importantes de nuestra sociedad siempre pasa factura. Siempre. Tener a personas que tratan a las mujeres de esta manera tan denigrante siempre nos empobrece como colectivo y también de manera individual. Estén donde estén: en casa, en el trabajo o en cualquier gobierno o empresa. Personas así no se hacen en un día y se conocen, quien les conoce, desde siempre. 'Es que es así, tiene sus cosas, pero es buen tío' solo lleva a justificar el mal trato hacia sus iguales. Permitirlo y reír las gracias solo es la antesala de un abuso mayor. Como se ha podido ver.

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