Los últimos datos sobre el vertido en las playas de la Safor
Un análisis en el Campus de la Politècnica de Gandia refuerza que se trata de un aceite inocuo
Crecen las dudas de que hubiese podido esparcirse por el cauce del río Serpis

Las bolitas en forma de grano de arroz halladas en las costa sur de la Safor. / Perales Iborra
El segundo análisis realizado a las muestras del vertido que, entre domingo y martes, obligó a cerrar 16 kilómetros de playa en el sur de la Safor, ha revelado que se trata de una sustancia inocua. El pasado martes la Conselleria de Medio Ambiente también llegó a esa conclusión y, rápidamente, autorizó a los ayuntamientos para que comunicaran que todo el mundo podía entrar en las playas y bañarse en el agua del mar.
El análisis realizado por expertos en el Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València que ha concluido a mediodía de este miércoles ha consistido en situar larvas de erizo en esa sustancia. Dependiendo de su evolución, se determina si es más o menos tóxico o del todo inocuo. Los expertos han comprobado que las larvas se han desarrollado durante 48 sin ningún problema y, finalmente, eso garantiza que no hay peligro para las personas. Otra cosa es que esa especie de aceite viscoso pueda perjudicar a flora o fauna marina, pero eso, de momento, no está en fase de investigación. De hecho, los expertos consideran que en poco tiempo habrá desaparecido completamente, tanto de la arena de la playa como del agua marina.
Por lo que se sabe, y es posible que todo quede ahí, los "granos de arroz" que se fueron acumulando en la arena de las playas desde la tarde del domingo son una especie de crema generada por el mismo efecto del mar a partir de un aceite o grasa que incluso podría ser uso alimentario.
El profesor Miguel Rodilla, del Campus de Gandia de la UPV, indica que el proceso para formar los grumos es similar al que se emplea para hacer una simple mayonesa en cualquier casa. Ese aceite o grasa vertida en el mar se sacude violentamente en la orilla a consecuencia de las olas, chocando una y otra vez con la arena o las piedras. Ese incesante movimiento, va emulsionando, o, dicho de otra forma, solidificando la sustancia, hasta formar los granos de arroz viscosos que sorprendieron a los bañistas. Es, también, un proceso similar al de la combinación de aceite y sosa con la que surge el jabón.
Que sea un aceite también se aprecia con el tacto, e incluso con el olor que desprende la sustancia analizada y que, como también ha quedado acreditado, no ha causado ningún problema de salud o en la piel a los cientos o miles de bañistas que el domingo pasado, e incluso el lunes o martes, se metieron en el agua.
Este hecho amplía la especulación sobre de dónde llegó ese aceite o grasa a la costa sur de la Safor y, en menor medida, a la zona norte de la escollera que protege el puerto de Gandia. Si bien Capitanía Marítima y la Autoridad Portuaria de València consideran que lo más probable es que el canal de entrada y difusión fuese la desembocadura del río Serpis, otras personas dudan mucho de ello. En primer lugar, porque el cauce está seco, excepto los dos últimos kilómetros. Ni siquiera en la ciudad de Gandia el Serpis lleva caudal.
En segundo lugar, porque resulta muy improbable que una sustancia así salga de la depuradora comarcal de la Safor-Sud, situada aguas arriba del puente de Daimús. "En todo caso, y de ser así, el color no habría sido blanco, sino mucho más oscuro al mezclarse con otras sustancias de las aguas residuales", señala un experto a este periódico, quien añade que el proceso de depuración habría detectado y eliminado el aceite.
Con la incógnita en el aire, y siempre a la espera de la investigación que sigue abierta, se apunta más bien al origen marino. Un barco que navegaba por la zona pudo aprovechar para limpiar tanques en los que antes transportó aceite, un proceso que resulta muy habitual cuando el elemento que acaba en el agua no se considera peligroso. Una de las fórmulas para saber si pudo pasar eso son las imágenes de satélite sobre la navegación en este tramo de costa en la mañana o tarde del domingo pasado, pero lamentablemente no se puede echar mano de ellas porque el cielo estaba nublado. Por esa misma circunstancia meteorológica tampoco se puede ver si se generó una mancha viscosa sobre el mar que, después, acabó solidificándose en o con la tierra.
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