La Guardia Civil localiza sangre en el maletero del coche del empresario desaparecido en Bocairent

El principal sospechoso, en paradero desconocido, fue condenado a 10 años de cárcel por matar al dueño de un pub en Muro en 2006 mientras veían porno

Los investigadores encuentran en el hotel rural de Enrique G. P., en venta por quiebra del negocio, su teléfono móvil y sus gafas

El principal sospechoso de la desaparición del hombre de 77 años de Bocairent fue condenado a 10 años de cárcel por matar a otro empresario

EFE / Antonio Amorós

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

València

Las esperanzas de encontrar con vida a Enrique G. P., el empresario de 77 años desaparecido desde el martes 27 de mayo en el hotel rural de su propiedad, en Bocairent, son cada vez más escasas. La última mala noticia es que la Guardia Civil no solo ha encontrado sangre, en salpicaduras de proyección, en el domicilio de la víctima, sino que, además, ha hallado más sangre en su coche, un Volkswagen Golf de color negro que fue localizado el lunes, perfectamente cerrado y estacionado, en un aparcamiento, en Bocairent, tal como adelantó ayer Levante-EMV.

Fuentes de toda solvencia han explicado a este diario que los restos hemorrágicos dentro de ese vehículo han sido encontrados en el maletero, junto con algunas gotas más en el exterior del coche y en el suelo, lo que ha llevado a los investigadores de la Guardia Civil a deducir que, casi con toda probabilidad, el principal sospechoso de la desaparición de Enrique usó su propio vehículo para transportarlo, o bien fallecido, o bien gravemente herido.

Tal como informó ayer este diario, ese Golf negro, conducido por una persona distinta a su dueño, estuvo a punto de ser interceptado por la Policía Local de Banyeres el jueves, 29 de mayo. Los agentes trataron de darle el alto tras ver el coche realizando maniobras extrañas por el municipio, muy próximo al hotel rural de la víctima pese a que pertenece a Bocairent, pero quien iba al volante huyó sin que pudieran pararlo. Ahora, la principal sospecha es que Enrique debía estar en ese momento encerrado en el maletero.

Expertos del departamento de Biología del laboratorio central de Criminalística del Instituto Armado están analizando ya esas muestras recogidas durante la inspección ocular, tanto en la casa como en el coche, para establecer si se trata de sangre del empresario, para lo cual extraerán el perfil genético y lo cotejarán con el de sus hijos, ya que el suyo no figura en la base de datos policial (en ese registro solo está el ADN de personas investigadas o detenidas por delitos graves, y Enrique nunca había tenido tropiezos con la ley).

La Guardia Civil busca a un empresario de Bocairent de 77 años desaparecido casi una semana

Agustí Perales Iborra

Las gafas y el móvil estaban en la casa

El vehículo, tal como informó ayer este periódico, fue analizado el lunes en el cuartel de la Guardia Civil de Xàtiva, adonde fue trasladado tras haber sido localizado en Bocairent, mientras que el hotel rural, montado hace una década en la masía San Isidro de la que heredó el nombre y hoy en venta, fue inspeccionado a lo largo del martes por agentes de Criminalística de la Comandancia de València.

Por lo que respecta al domicilio, en este caso el hotel rural, los restos de sangre estaban en una pared y en un sofá, en el salón, y todo apunta a que se trataría de sangre del empresario. Además, los agentes encontraron en la casa las gafas de Enrique, de las que no se separaba jamás, y su teléfono móvil, apagado y sin batería, lo que dificulta su búsqueda, ya que no hay manera de geolocalizarlo.

Según la información a la que ha tenido este diario, el hombre residía habitualmente en otro municipio, pero solía pasar varios días a la semana en el hotel para evitar que lo ocuparan desconocidos, ya que estaba cerrado y sin actividad por quiebra del negocio.

Mató a un joven a cuchilladas en 2006

El principal sospechoso sobre quien mantiene el foco el grupo de Homicidios de la Guardia Civil, ya que Enrique lo había señalado recientemente con nombre y apellidos al sospechar que le había robado unas semanas atrás, es un exconvicto por homicidio, Antonio C. B., de 42 años y natural de Ontinyent, quien saldó en 2016 una condena por haber matado al dueño de un pub en 2006, en Muro (el Comtat).

Los hechos sucedieron en la madrugada de 19 de julio de 2006 cuando el acusado, Antonio C. B., que acababa de conocer al propietario del local, Carlos M. N., de 22 años, y quedó con él en el pub para tomar unas copas mientras veían películas pornográficas, según recoge la sentencia.

Por alguna razón que el homicida no quiso explicar nunca, comenzó una discusión en la que este, Antonio, acabó cosiendo a cuchilladas a la víctima, que presentaba numerosas lesiones por todo el cuerpo. Carlos falleció por un shock hipovolémico como consecuencia de la pérdida masiva de sangre. El asesino también se llevó 900 euros tras registrar el despacho de su víctima, donde además intentó, sin éxito, abrir la caja fuerte.

DOCUMENTO. Así contó Levante-EMV en 2006 la detención de Antonio C. B., tras entregarse y confesar que había matado al dueño del pub de Muro.

DOCUMENTO. Así contó Levante-EMV en 2006 la detención de Antonio C. B., tras entregarse y confesar que había matado al dueño del pub de Muro.

A las pocas horas, convencido por sus padres, se presentó en el retén de la Policía Local de Albaida y confesó el crimen. Dos años después, en junio de 2008, aceptó una condena de diez años por ese asesinato, un pacto que le fue especialmente favorable, ya que la Fiscalía solicitaba inicialmente 18 años y medio de cárcel para él.

Sin embargo, el hecho de asumir los hechos tal como los relataba la acusación (aunque el móvil exacto nunca quiso desvelarlo) y de haber indemnizado con 70.000 euros a los padres de la víctima, fueron clave para que el fiscal aceptar un acuerdo de conformidad con el homicida.

Intensa búsqueda en una amplia zona

Los malos augurios que pronostican un desenlace fatal han llevado a la Guardia Civil a intensificar la búsqueda de Enrique en toda el área de Bocairent, pero también más allá del término municipal. El rastreo, que comenzó el domingo, después de que una hija del empresario diera la voz de alarma porque no sabía nada de su padre desde el martes (dos días antes del incidente con su coche en Banyeres), no respondía a las llamadas y no había ni rastro de él o del coche en el hotel rural, se centra en montes, simas, pozos, piscinas, aljibes y veredas de carreteras, aunque de momento no ha habido suerte.

En los trabajos participan agentes de la Unidad Aérea a bordo del helicóptero, del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS 3) de València, con el dron del que dispone, la unidad canina con perros expertos en la detección de personas y de restos cadavéricos, llegados desde la base central, en Madrid, así como los buzos del GEAS y expertos en rescate en montaña del Greim, que están revisando pozos y simas. De momento, los rastreos no han dado resultados. Los drones y el helicóptero tratan de visualizar posibles remociones de terreno o acúmulos de maleza, pero su labor tampoco ha permitido localizar al empresario o evidencias de su paradero.

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